La Resolución de Problemas ha sido considerada desde siempre como el foco en las matemáticas. Sin embargo, es a partir de la década de los 80, cuando se insiste en que la Resolución de Problemas debe ser el eje de la enseñanza de la matemática escolar. Muchas fueron las aportaciones desde esa época, que nos llevaron a asumir que la Resolución de problemas como tara compleja, ofrece una posibilidad para organizar la diversidad de niveles existentes en el aula, es un marco ideal para la construcción de aprendizajes significativos y fomenta el gusto por las matemáticas.
Enseñanza de las matemáticas, resolución de problemas y dominio afectivo
La resolución de problemas de matemáticas ha sido considerada en los últimos 30 años como una actividad importante en el aprendizaje de las matemáticas, incrementando su presencia en los currículos sugiriéndose que sea uno de los ejes principales de la actividad matemática y el soporte principal del aprendizaje matemático. De esta manera, debe considerarse como ehe vertebrador del contenido matemático, ya que pone de manifiesto la capacidad de análisis, comprensión, razonamiento y aplicación. Además, se propone como un contenido específico y aparece como una competencia básica que los alumnos deben adquirir.
Uno de los aspectos que actualmente se enfatiza y asume en relación a la educación matemática en los currículos es la influencia de la afectividad en los procesos de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas. Y, en particular, en la resolución de problemas.
Formación inicial de los profesores de primaria, dominio afectivo y resolución de problemas
La investigación sobre el dominio afectivo se ha trasladado, también, al campo de la formación de profesores y de su desarrollo profesional, al considerar que los profesores en su actuación en el aula no pueden disociar ambos aspectos cuando se enfrenta a una actividad concreta y con alumnos de un nivel específico.
Influencia de las creencias
Se acepta que cuando los profesores en formación inicial acceden a los centros de formación traen como consecuencia de su estancia en la enseñanza obligatoria acepciones y creencias sobre las matemáticas y sobre la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas derivadas de su propia experiencia escolar. Es decir, en su etapa como alumnos en primaria y secundaria, aprenden conocimiento de matemáticas y, además, adquieren una visión particular sobre su enseñanza y aprendizaje de sí mismo en relación con las matemáticas. A este respecto, la investigación diferencia entre creencias acerca de la matemática como objeto, y otras creencias sobre su enseñanza y aprendizaje y acerca de uno mismo como aprendiz relacionadas co el autoconcepto, la autoconfianza, expectativas de control, … que estarían relacionadas con el dominio afectivo.
Los profesores en formación de primaria tienden a ver las matemáticas como una disciplina autoritaria, y hacer matemáticas significa aplicar fórmulas memorizados de los ejercicios de los libros de texto.
Pero se asume que los estudiantes par maestro de primaria tienen una idea muy tradicional de los problemas de matemáticas que no coincide con las sugerencia de las actuales propuestas curriculares. Igualmente, hemos observado una contradicción entre su experiencia personal, que juzgan negativa y monótona, y su concepción de las matemáticas ligadas al razonamiento y rigor. Al mismo tiempo, estos maestros consideran la resolución de problemas matemáticos como un procedimiento mecánico y memorísitico, tienen escasos recursos para representar y analizar los problemas, no buscan distintas estrategias o métodos para su resolución y no hacen uso de las distintas indicaciones que se le sugieren para ello.
Además, estas creencias, son muy fuertes y resistentes a los cambios, y constituyen una especie de lente o filtro desde el que interpretan su propio proceso formativo y orientan sus experiencias y conductas docentes, limitando sus posibilidades de acción y comprensión. Las creencias conforman una perspectiva desde la cual cada persona se aproxima al mundo de las matemáticas y pueden determinar cómo se abordarán los problemas, los procedimientos que se utilizarán o se evitarán, y el tiempo y la intensidad que se pondrá en la tarea. Consecuentemente, estas creencias se han de tener en cuenta en la formación y, si fuese necesario, influir en el cambio de las mismas y en la generación de otras nuevas.
A este respecto, convendrá tener en cuenta que las creencias que más influyen en la motivación y el rendimiento de los alumnos son las percepciones de los alumnos sobre sí mismos en relación con las matemáticas. La autoconfianza en matemáticas es un importante indicador de la valoración positiva de los aprendizaje para estudiarlas, así como también de su participación activa y regulación en el proceso de aprendizaje. El alumnado que cree que las matemáticas son sólo para los que tienen talento matemático y que están basadas en procedimientos de solución infalible y mecánico, tienen menos confianza en la disposición y, la habilidad de querer aprender matemáticas, tienen un papel esencial para el alumnado de cara a sus logros matemáticos.
Influencias de las actitudes
Los que el alumno cree sobe las matemáticas influye en los sentimientos que afloran hacia la materia y le predispone a actuar de modo consecuente. Esto es, si un alumno posee una creencia negativa sobre las matemáticas o sobre su enseñanza, tenderá a mostrar sentimientos adversos hacia las tareas relacionadas con dicha materia, lo que le llevará a conductas de evitación o de rechazo de las mismas. Esta predisposición que determina las intenciones personales y que influyen en su comportamiento es lo que llamamos actitudes.
Podemos distinguir entre actitudes hacia las matemáticas y actitudes matemáticas. Las actitudes matemáticas, tienen un marcado componente cognitivo y se refieren a las capacidades cognitivas generales que son importantes en tareas matemáticas.
En las actitudes hacia las matemáticas predomina el componente afectivo y se manifiestan en el interés, la satisfacción o la curiosidad o bien en el rechazo, la negación, la frustración o la evitación de la tarea matemática. El interés y las actitudes positivas hacia la ciencia y las matemáticas disminuyen con la edad, especialmente durante la educación secundaria.
Influencia de las emociones
Las emociones aparecen como respuesta a un suceso, interno o externo, que tiene una carga de significado positiva o negativa para la persona. Así, al afrontar una tarea matemática surgen dificultades que, en ocasiones, llevan a la frustración de las expectativas personales, provocando la aparición de valoraciones de los alumnos que, en el caso de las matemáticas, son mayoritariamente negativas. A este respecto, diferentes autores coinciden en señalar que la ansiedad interacciona de forma negativa con los procesos cognitivos y motivacionales y, por tanto, en el rendimiento general del estudiante. Por lo tanto, la relación entre niveles de ansiedad hacia las matemáticas y las notas obtenidas por los alumnos al final del curso es alta e inversa. Esta correlación se mantiene al comparar los niveles de ansiedad y actitudes positivas hacia las matemáticas. La relación entre ansiedad y educación matemática se ha trasladado, asimismo, al niveles de los estudiantes para el maestro, donde ya hay una importante literatura.
Otros trabajos establecen relaciones entre ansiedad y autoconfianza. Así, los alumnos con más ansiedad matemática presentan menos confianza en sus habilidades matemáticas y como aprendices de matemáticas, lo que correlaciona ambos constructos de forma negativa. Otros autores señalan que las emociones pueden llevar al abandono, a la evitación de la tarea y a protegerse de alguna medida ante ellas.
De estas consideraciones se infiere que los estudiantes deben asumir la actividad matemática como un desafío. En particular, si controlan los niveles de ansiedad, su acción tendrá un efecto positivo sobre el aprendizaje.
En relación con la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas se pueden indicar diferentes momentos en los que la relación entre emociones y procesos cognitivos se hace visible: los momentos de comprensión de la estructura de la actividad o de recuperación de la información cuando se propone una tarea matemática; los períodos para diseñar estrategias de solución de problemas, incluidos el recuerdo de fórmulas o procedimientos mecánicos; o los procesos de control y regulación del propio aprendizaje unido a una metodología sobre la enseñanza de las matemáticas que rechazan.
Por lo tanto, estudiar las creencias, actitudes y emociones de los estudiantes para profesores, cuando abordan la resolución de problemas, parece pertinente. La falta de reflexión son restos aspectos es una de las causas por la que persisten en los estudiantes par profesores de primaria concepciones y actitudes inadecuadas. Y ello, a pesar de su paso por los centros de formación inicial, donde no reconceptualizan su papel como profesores de primaria.
Integración entre lo afectivo y lo cogntivo en los programas de formación inicial
La relación entre lo afectivo y lo cognitivo se ha trasladado, también, al estudio con profesores y, así, podemos encontrar investigaciones que analizan cómo la conducta de los profesores, sus creencias y actitudes acerca de sí mismos y hacia las matemáticas influyen en el comportamiento y en el rendimiento de sus alumnos y en las imágenes mentales que éstos van elaborando sobre sí mismos.
Las concepciones y valores de los profesores determinan la imagen de las matemáticas en clase, y condicionará el tipo de relación profesor-alumnos. Así, las concepciones influencian las actitudes y ambas influencias la conducta del profesor y el aprendizaje de los alumnos. Parece obvio que, consecuentemente, los factores afectivos se consideren en los programas de formación inicial de profesores dentro de un proceso de discusión y reflexión. Y, parece evidente la necesidad y el interés por estudiar los factores afectivos y emocionales en la formación matemática, ya que, como futuros docentes, sus creencias y emociones hacia las matemáticas influirán en el logro de sus alumnos así como en las creencias y actitudes de éstos hacia la misma.