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Necesidades educativas especiales de alumnos con sordoceguera

A nivel de centro

Disponer de:

  • Información, sensibilización y compromiso de la comunidad educativa.
  • Coordinación y cooperación entre profesionales especializados y profesionales del centro.
  • Señalización adecuada a los estamentos del centro, eliminación de barreras arquitectónicas.
  • Organización más flexible de horarios, materia curricular, apoyos.

A nivel de aula

Disponer de:

  • Personal especializados en la metodología de intervención en sordoceguera.
  • Orden y lugar para cada cosa en el aula, disponiendo de un espacio para los recursos materiales propios (calendarios de anticipación, máquina Perkins, etc.).
  • Sistemas técnicos de apoyo a la comunicación (sistema de FM) y el acceso a la información (adaptaciones tiflotécnicas).

A nivel individual

Disponer de:

  • Un método estructurado para instaurar comunicación partiendo de la interacción, posibilitando la adquisición del lenguaje.
  • La inmersión en un sistema de comunicación adaptado a sus capacidades perceptivas.
  • Acceso a y comprensión de la lengua escrita en la modalidad adaptada a su situación sensorial, en los casos en que sea posible.
  • Interlocutores competentes (mediadores) que dominen diferentes sistemas alternativos de comunicación, que motiven el desarrollo de la comunicación y aportan información completa sobre el entorno.
  • Experiencias directas y variadas con los objeto y acciones, adaptadas a sus capacidades perceptivas (por ejemplo, mediante el tacto).
  • Más tiempo para participar en las actividades y hacer las tareas.
  • Oportunidades dirigidas para adquirir habilidades de la vida diaria y autonomía en los desplazamientos.
  • Situaciones mediadas de interacción con sus iguales para desarrollar habilidades sociales.
  • Ayuda para el ajuste a la sordoceguera desde un desarrollo emocional equilibrado.
  • Ayudas técnicas auditivas y visuales.
  • Medios tiflotecnológicos que le permitan acceder a la información y comunicarse en la distancia.
  • Adaptaciones curriculares de acceso.
  • Adaptaciones curriculares significativas.

BIBLIOGRAFÍA

Junta de Andalucía (Consejería de Educación). «Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de discapacidad visual y sordoceguera».

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La evaluación psicopedagógica en alumnos con sordoceguera

El equipo de Orientación Educativa y el centro educativo del que depende el niño, junto con el Equipo Específico de Atención al Alumnado con Ceguera o Discapacidad Visual cuenta con la figura del Profesional Especialista en Sordoceguera de Zona, podrían hacer la valoración multidisciplinar de sus necesidades específicas.

Se procederá a entrevistar a la familia para recoger cuanta información clínica, educativa y de su desarrollo en general se estime conveniente. Es imprescindible identificar las necesidades educativas especiales que se derivan de la sordoceguera, de cara a plantear una buena intervención escolar.

Hasta hace poco se consideraba que la evaluación de personas con sordoceguera congénita era imposible de realizar, se mostraban pasivas, encerradas en sus propias autoestimulaciones y no manifestaban interés en contactar con los demás o con su entorno. A este hechos e sumaba la falta de pruebas especialmente diseñadas, lo que llevaba a etiquetarlas como personas inevaluables en el mejor de los casos y como retrasadas en la gran mayoría de los otros. Sin embargo, muchos profesionales empezaron a plantear que estas dificultades pudieran centrarse más en nuestra incapacidad de comprenderles y de reconocer sus comportamientos espontáneos como una respuesta funcional.

Para llevar a cabo una buena evaluación, utilizaremos la técnica de vídeo análisis que nos permitirá analizar las interacciones comunicativas. Esta técnica nos ayuda a interpretar las respuestas que emite el niño y conocer el significado de las mismas, utilizando toda la información del contexto. Al poder repetir la visualización una y otra vez, podremos observar diferentes aspectos de la misma.

Aspectos a valorar

El desarrollo de la comunicación, el desarrollo cognitivo y el desarrollo de un lenguaje están interrelacionados, por lo que averiguar cuál es el potencial comunicativo del niño con sordoceguera nos ayudará a determinar, en grandes rasgos, su desarrollo cognitivo.

  • Observar las estrategias y habilidades comunicativas que utiliza el niño con sordoceguera y su capacidad para la generalización.
  • Evaluar si hay o no sistema de comunicación, cuál es el que utiliza oral, lengua de signos) y qué nivel tiene.
  • Evaluar si debe cambiar o no de sistema de comunicación, si progresan sus déficits.
  • Evaluar su capacidad de anticipación, de atención, de memoria y de imitación.
  • Valorar los canales sensoriales prioritarios y más eficientes que utiliza y la forma en que integra la información. Esto nos ayuda a conocer su capacidad de contactar con el entorno.
  • Valorar sus preferencias, su relación con los objetos y sus habilidades manipulativas.
  • Establecer su nivel de funcionamiento en las situaciones de la vida diaria.
  • Valorar otros aspectos como son la motivación, perseverancia, determinación y su tiempo de respuesta. Nos ayudarán a conocer su estilo de aprendizaje.
  • Valorar la presencia de conducta inadecuadas, analizando su significado como intento comunicativo.

¿Cómo se lleva a cabo la evaluación?

Hay que hacer hincapié aquí en el proceso de evaluación del alumnado con sordoceguera congénita, sin canales sensoriales funcionales y sin sistema de comunicación, por ser la situación más extrema y específica.

Se le debe evaluar en un entorno familiar, si es posible. Cuando no lo sea, procuraremos crear un entorno reactivo en donde se permita al niño conocer al profesional de la evaluación, proporcionando una situación agradable, permitiendo un tiempo previo para que pueda explorar y familiarizarse con el sitio. Utilizaremos la técnica del videoanálisis.

Pasos en la secuencia de interacción para la evaluación de una persona con sordoceguera congénita:

  1. Determinar el estadobiocomportamental: analizar el estado de alerta que tiene el sujeto antes de iniciar.
  2. Seguir el interés del sujeto: dejarse guiar por el sujeto proporcionando una situación placentera.
  3. Utilizar pequeños pasos de incremento: cada paso debe diferir muy poco del anterior.
  4. Establecer una rutina: crear una situación predecible para el sujeto con sordoceguera.
  5. Elegir una señal: buscar una «marca» que sirva de indicador para su continuidad.
  6. Imitación: imitar la acción del sujeto y observar su respuesta a continuación.
  7. Añadir una modalidad sensorial: agregar o aumentar la estimulación sensorial y observar las reacciones.
  8. Reacciones orientativas: comprobar la atención del sujeto.
  9. Resolución de problemas: cambio repentino de la rutina para valorar respuesta y capacidad de resolución.
  10. Actitud hacia el aprendizaje: motivación, interés.
  11. Anticipación: capacidad de habituación al estímulo.
  12. Canales preferidos de estimulación y aprendizaje: valorar sus remanentes sensoriales para el mejor aprevechamiento de los mismos.

Instrumentos de evaluación

En el alumnado con sordoceguera adquirida, se seguirá un proceso normalizado de evaluación dependiendo de su situación perceptiva de partida (deficiencia visual o auditiva) y considerando el sistema de comunicación (lengua oral o de signos).

En el colectivo del alumnado con sordoceguera congénita no podemos utilizar las pruebas tradicionales estandarizadas, ya que su diseño se basa en las habilidades y destrezas que la persona adquiere por interacción con su entorno o de forma incidental y a las cuales el niño con sordoceguera no llega por su limitación sensorial.

Las únicas pruebas creadas específicamente para este colectivo contemplan escalas de desarrollo para aquellos sujetos que presentan discapacidades severas. Éstas miden el progreso en su desarrollo y, por tanto, no sus capacidades innatas.

Las escalas de desarrollo diseñadas para esta población, más utilizadas son:

Escala Callier-Azusa (“G” general y“H” habilidades comunicativas)

  • Autor: Day y Stillman, 1975.
  • Editorial: Universidad de Texas. Centro Callier para desórdenes en la comunicación.
  • Población a la que va dirigida: Niños con sordoceguera de 0-6 años.
  • Proporciona información de las actividades apropiadas al nivel de desarrollo del niño. Se compone de 18 subescalas, que describen hitos del desarrollo, que están incluidas en cinco grandes áreas: desarrollo motor, desarrollo perceptivo, habilidades de la vida diaria (HVD), cognición, comunicación, lenguaje y desarrollo social.
  • Se basa en la observación de comportamientos del sujeto en interacción. No evalúa ni el potencial cognitivo ni la inteligencia.

Un perfil de desarrollo (Para emplear con personas con sordoceguera congénita o sordoceguera adquirida a edad temprana)

  • Autor: John McInnes, 1994.
  • Editorial: Canadian Deafblind and Rubella Association.
  • Población: Personas con sordoceguera.
  • Este perfil trata de identificar todo lo que la persona con sordoceguera puede hacer, sin importar la limitación de sus capacidades para llevarlas a cabo. La primera parte de este perfil recoge de manera pormenorizada el historial del sujeto. La segunda parte es propiamente el perfil de desarrollo, donde se reflejan las actividades pertenecientes a las áreas del desarrollo.

Estrategias orientadas a la evaluación de niños que son sordociegos o que tiene plurideficiencias

  • Autor: Dr. Jan van Dijk y Ms. Catherine Nelson.
  • Editorial: Apnootmuis.
  • Población: Población infantil con sordoceguera y/o múltiples discapacidades.
  • El CD-ROM de Dr. Jan van Dijk y Ms. Catherine Nelson sobre la valoración de la población infantil con múltiples discapacidades incluye 40 vídeos en un formato interactivo. Propone preguntas sobre las técnicas específicas de valoración que se pueden observar en las grabaciones. Sus análisis y aportaciones son muy útiles para abordar la valoración e intervención en el día a día de la población infantil con sordoceguera.

BIBLIGRAFÍA

Junta de Andalucía (Consejería de Educación). «Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de discapacidad visual y sordoceguera».

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Recursos materiales necesarios en alumnos con enfermedades raras y crónicas

Debido a la gran variedad de enfermedades raras y enfermedades crónicas, los recursos materiales a utilizar pueden ser muy diversos. En la selección del material didáctico el profesorado debe partir de las necesidades educativas que pueda presentar el alumnado, que en algunos casos requerirán adaptaciones del mismo, material adicional o los mismos que utilizan el resto de alumnado. Conviene recordar que determinados alumnos con con estas enfermedades pueden alcanzar los mismos objetivos y seguir las mismas actividades que el resto de compañeros si cuentan con las adaptaciones precisas en los materiales de enseñanza-aprendizaje.

Los materiales o medios impresos de enseñanza (libros de texto, enciclopedias, cuadernos de lectura, fichas de actividades, cómics, diccionarios, cuentos…) son con mucho los recursos más usados en el sistema escolar. Los medios audiovisuales se han convertido en elementos esenciales en muchos aspectos de la vida del ser humano. Se ha comprobado que en general estos mecanismos de enseñanza-aprendizaje tienen muy bueno resultados.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación y otros recursos materiales proporcionan múltiples funcionalidades a las personas con discapacidades o que requieren una atención especial, facilitando:

  • La comunicación.
  • El acceso/proceso de la información.
  • El desarrollo cognitivo.
  • La realización de todo tipo de aprendizajes.
  • La adaptación y autonomía ante el entorno.
  • Ocio.
  • Instrumentos de trabajo, posibilidades de realizar actividades laborales.

Por ejemplo, si existen problemáticas visuales (parciales o totales) como ocurre con los niños con Albinismo, Aniridia, Síndrome de Cornelia de Lange que puede llevar asociado problemas de visión, pueden ser de utilidad: lectores de textos, periférico para la lectura Braille, impresora Braille, impresora Braille, calculadoras parlantes, procesadores/gestores de textos y otros programas estándar manejados por voz, detectores de obstáculos para guiar a las personas, lupas amplificadoras de pantalla y otros adaptadores para personas con baja visión, máquina Perkins, lentes protectoras de la fotofobia…

Si se presentan problemáticas auditivas (parciales o totales), como ocurre con algunos niños con Síndrome de Wolfram o con Síndrome de X Frágil que suelen llevar asociados dificultades auditivas: teléfonos con transcripción de texto, programas para la conversión de voz en texto, generadores de ondas de sonidos (para el entrenamiento del habla), sistemas de amplificación electrónica para hipoacusias, Equipos de FM, Visualizador fonético IBM (Speech Viewer)…

Para problemáticas motóricas en alumnado con Ataxia, Distonía Muscular, Corea de Huntington, etc. por las dificultades psicomotoras que conlleva: teclados alternativos adaptados, donde se modifica la velocidad de repetición de las teclas, interruptores, punteros, carcasas, licornios…, para quienes no pueden mover los dedos, programas reconocedores de voz, mesas y sillas adaptadas, andadores, bastones…

Existen, también enfermedades en las que el alumnado presenta limitaciones y dificultades cognitivas asociadas a discapacidad mental como ocurre con el Síndrome de X Frágil, Síndrome de Prader Willi, Síndrome de Cornelia de Lange, Síndrome de Apert o algún otro que lleve asociada esta problemática para las cuales pueden resultar útiles instrumentos para el acceso a la información y la comunicación en general, programas específicos para el diagnóstico y tratamiento de algunas deficiencias, materiales didácticos de refuerzo.

BIBLIOGRAFÍA

Junta de Andalucía (Consejería de Educación). «Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo por padecer enfermedades raras y crónicas».

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¿Quiénes son los alumnos con sordoceguera?

Definición de sordoceguera

Es la discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva) que se manifiestan en mayor o menor grado, provocando problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer y por tanto interesarse y desenvolverse en el entorno. La sordoceguera afecta al desarrollo de la comunicación, al acceso a la información y a la participación de cualquier actividad social y cultural. Este sector del alumnado requiere una atención educativa especial, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación.

Criterios de identificación

Cuando se piensa en un alumno con sordoceguera, pensamos en un niño que ni ve ni oye. Pero, esta situación sólo es la de una pequeña parte de la población que presenta sordoceguera. En realidad, el grupo del que hablamos es muy heterogéneo y con características muy variadas. Algunos son totalmente sordos y ciegos, mientras que otros tienen restos auditivos, visuales o ambos.

En general, para ser considerado como un alumno con sordoceguera, hay que tener una deficiencia visual en grado severo o ceguera y cumplir un criterio cuantitativo y otro cualitativo desde la deficiencia auditiva:

  1. Tener como mínimo una pérdida media en frecuencias conversacionales de 25 dB en el mejor de los oídos (aportando pruebas clínicas como son potenciales evocados o audiometrías).
  2. Por otra parte, ha de presentar una hipoacusia bilateral que afecte al uso funcional de la audición, incluso habiéndole adaptado las ayudas técnicas adecuadas. Se puede considerar que la funcionalidad está alterada cuando:
    1. La persona no escucha ni la voz, ni a lo mejor siquiera el sonido, y como consecuencia, el desarrollo del lenguaje oral está muy limitado o es inexistente.
    2. Aunque es capaz de escuchar la voz, debido a su hipoacusia le llega la información de forma incompleta y desarrolla con dificultad el lenguaje.
    3. Su hipoacusia permite un desarrollo de lenguaje oral, sin embargo le dificulta poder seguir una conversación o atender al profesor y va a necesitar una adaptación especial en cuanto a la distancia al locutor, intensidad del habla y ausencia de ruido ambiental.

BIBLIOGRAFÍA

Junta de Andalucía (Consejería de Educación). «Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de discapacidad visual y sordoceguera».

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El papel de la familia en niños con déficit auditivo

La noticia produce en la familia un desajuste emocional que implica angustia y desorientación, al tener que enfrentarse con un problema para el que no están preparados y sobre el que se realizan multitud de preguntas.

Los padres necesitan de orientación y apoyo especializado que les permita asumir y superar el problema inicial, para enfocar el mismo desde una actitud de compromiso y trabajo colaborativo.

La orientación y el asesoramiento familiar deben dar respuesta a las necesidades básicas de los padres y sus objetivos serán:

  • Eliminar las actitudes negativas de la familia, potenciando las posibilidades de desarrollo del hijo con discapacidad auditiva.
  • Disminuir los niveles de angustia y estrés de los padres, ayudándoles a superar dichos sentimientos como primer paso para comenzar a trabajar con su hijo.
  • Aportar información y formación para que la familia pueda involucrarse en el proceso educativo y habilitador.
  • Aumentar la motivación e implicación para participar en las tareas de atención y ayuda a su hijo, llegando a la convicción de que son competentes para ello.

Los padres deben de ser conscientes cuanto antes, de que ellos son los agentes principales del desarrollo cognitivo-lingüístico de su hijo. Para afrontar la educación del niño con discapacidad auditiva, los padres han de asumir el reto de educar «aprendiendo» nuevas estrategias de comunicación y han de disponer de información suficiente acerca de cómo estimular el desarrollo y el aprendizaje del niño, manteniendo altas expectativas de logro.

Orientaciones para la familia

  • Implicarse en la atención educativa y habilitadora de su hijo.
  • Evitar la sobreprotección, exigiendo del niño u comportamiento adecuado.
  • Superar sentimientos de culpa o de rechazo.
  • Apoyar en casa la labor del centro educativo y mantener una buena coordinación con el profesorado.
  • Estimular y potenciar sus capacidades reforzando y alabando sus logros.
  • Favorecer situaciones comunicativas en el entorno familiar.
  • Potenciar la integración social mediante la participación en actividades lúdicas y deportivas del entorno más cercano.
  • Implicarles en la vida familiar y mantener unos niveles de exigencias en las tareas, acordes con sus capacidades y edad.
  • Aportarles la mayor cantidad de información posible sobre el mundo que les rodea y las normas y valores que lo sustentan.

La modalidad comunicativa elegida es de gran importancia y requiere de un compromiso global de la familia. Las dificultades que se generan al no disponer de un código comunicativo eficaz que asegure la interacción lingüística, el desarrollo cognitivo y lingüístico, la socializiación y el aprendizaje escolar se evitan con la adopción lo más tempranamente posible de un código de comunicación.

Con independencia del código comunicativo elegido (oral, gestual o bilingüe) la familia debe ser un agente activo y competente en dicho código, implicando a un entorno lo más amplio posible, con objeto de generalizar las interacciones comunicativas.

La familia, con el asesoramiento y la colaboración de los profesionales que atienden a este alumnado, deberá de tener en consideración una serie de factores a la hora de optar por una modalidad comunicativa, que se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • El campo auditivo funcional de este alumnado y el aprovechamiento de sus restos.
  • El rendimiento de sus prótesis auditivas.
  • Existencia de otras patologías asociadas.
  • Los recursos educativos y rehabilitadores disponibles.

 

BIBILIOGRAFÍA

Junta de Andalucía. «Manual de atención al alumnado con necesidades educativas específicas de apoyo educativo derivados de discapacidad auditiva».

 

 

 

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Identificación y evaluación del alumnado con discapacidad auditiva

Señales de alerta

La familia y la escuela son los ámbitos donde con más facilidad se pueden detectar signos o síntomas en el comportamiento del niño que nos aporten indicios o sospechas de la presencia de una deficiencia auditiva. A la vista de estas señales, es prioritario consultar con un especialista que confirme o descarte la presencia de patologías auditivas.

Los signos de alerta que dentro del ámbito familiar pueden hacernos sospechar de una deficiencia auditiva durante los primeros años de vida son:

  • No muestra respuestas reflejas como el parpadeo o la agitación ante estímulos auditivos e inesperados.
  • No busca ni se orienta cuando le llama.
  • No reconoce «papá» y «mamá» cuando se le nombran.
  • No responde ante ruidos familiares como la TV, el teléfono, el timbre, etc.
  • No comprende órdenes sencillas.
  • No realiza emisiones vocálicas ni interacciona verbalmente.

Los signos de alerta que debemos observar en el ámbito escolar se resumen en:

  • Presenta dificultad para comprender y recordar las instrucciones del profesorado.
  • Su lenguaje es poco inteligible.
  • Presenta pobreza de vocabulario.
  • Tiene dificultad para mantener la atención.
  • Presenta retraso escolar y bajo rendimiento.
  • Se distrae con facilidad en actividades de alto componente verbal.
  • Presenta alteraciones articulatorias.
  • El desarrollo del lenguaje es deficitario y presenta estructuras orales muy simples.
  • No participa en las actividades grupales de aula.
  • Se aísla con facilidad y no atiende a las explicaciones.
  • Responde sólo en ocasiones cuando se le llama o requiere.

Detección precoz

El diagnóstico temprano de las hipoacusias es fundamental para limitar las consecuencias y el impacto que la disminución de la audición tendrá en el desarrollo global del niño.

La falta o disminución de la audición tiene implicaciones directas sobre el desarrollo psicológico e intelectual, ya que dificulta la estructuración del pensamiento como consecuencia de las alteraciones en la adquisición del lenguaje hablado.

El escreening auditivo neonatal, como programa de detección de las hipoacusias, nos permite realizar un diagnóstico temprano de la patología y comenzar el proceso rehabilitador a muy corta edad.

Numerosos estudios demuestran que la estimulación auditiva durante los primeros meses de vida supondrá una mejora considerable en la adquisición del lenguaje y que dicho proceso se verá afectado si las intervenciones se realizan a partir del primero o segundo año de vida. Ante tal evidencia, el diagnóstico y la intervención precoz son fundamentales.

Pruebas de diagnóstico y evaluación audiológica

El diagnóstico auditivo nos permite conocer el grado de pérdida auditiva del sujeto (umbral de la audición), el tipo de pérdida o topología de la lesión (conducción o percepción) y los restos auditivos existentes (zonas frecuenciales conservadas). Dicho diagnóstico es clave para determinar las ayudas técnicas que requiere el sujeto, así como las estrategias educativas a planificar.

Las pruebas de diagnóstico auditivo, podemos dividirlas en dos grandes bloques:

  • Pruebas subjetivas: requieren de la colaboración del sujeto, que presentará una respuesta voluntaria o automática ante la percepción de un estímulo auditivo.
  • Pruebas objetivas: no requieren de la colaboración del sujeto y sus resultados están determinados por alteraciones fisiológicas que se producen como consecuencia de la estimulación auditiva.

Pruebas de diagnóstico subjetivas

Audiometrías infantiles

Son pruebas de diagnóstico auditivo que nos permiten realizar una evaluación audiológica en edades muy tempranas (0-4 años)

1) Audiometría de observación del comportamiento (0-6 meses). Se basa en la observación de la conducta refleja del bebé ante un estímulo sonoro inesperado. El estímulo sonoro debe presentarse a campo libre, utilizando un audiómetro pediátrico o juguetes sonoros cuya intensidad y frecuencia deben de estar previamente determinadas.

Las respuestas reflejas que presentará el bebé y que el observador debe identificar son:

  • Reflejo cocleo-palpebral (presión de los párpados o abrir los ojos, si el niño está dormido o bien cerrados rápidamente si está despierto).
  • Reflejo respiratorio (alteración brusca de la respiración, que vuelve a la normalidad en unos segundos).
  • Reflejo cocleo-muscular (contracción muscular generalizada, principalmente movimientos de extensión y flexión de las extremidades).
  • Reflejo de llanto (alteración de la expresión facial seguida de llanto).

La prueba presenta un alto nivel de subjetividad y su validez vendrá determinada por la interpretación que el observador realice de las respuestas del niño. Por tanto, la cualificación y experiencia del observador es fundamental a la hora de realizar esta prueba.

2) Audiometría de refuerzo visual (6-36 meses)

Es una evaluación audiométrica conductual y consiste en presentar al niño un estímulo sonoro seguido de un refuerzo visual.

Se trata de condicionar al sujeto mediante la asociación de un reforzador visual (juguete luminoso o móvil).

Para ello, éste debe de estar despierto y sentado sobre las rodillas de su padre o madre, que mantendrá su atención sobre un juguete no sonoro. El explorador, que debe de estar fuera del campo visual del sujeto, presentará a éste un estímulo auditivo mediante un audiómetro. Cuando éste gire la cabeza buscando el reforzador visual el juguete se iluminará o se pondrá en movimiento.

La prueba puede realizarse a campo libre, con auriculares o vibrador y tanto la fuente sonora como los juguetes se situará a ambos lados del sujeto en un ángulo de 45-90 grados con respecto al mismo.

3) Audiometría de juego o lúdica (36-60 meses)

Consiste en el condicionamiento del niño para responder a un estímulo sonoro, que será generado por un audiómetro, mediante una actividad motora ligada a un juego, como apilar piezas, insertar aros de colores en un eje o encestar pelotas. Cada vez que el sujeto escuche un sonido insertará o apilará una pieza.

Si el condicionamiento es adecuado y la persona realiza correctamente la tarea, podemos obtener una primera aproximación a su curva audiométrica.

Audiometría tonal

La colaboración del niño en esta prueba suele ser buena a partir de los 5-6 años, obteniéndose resultados fiables en el diagnóstico auditivo.

La audiometría se basa en el estudio de dos parámetros (frecuencia e intensidad) que nos van a permitir establecer el campo auditivo o espacio acústico.

Para realizar las audiometrías utilizamos el «audiómetro» que es un aparato eléctrico capaz de producir o reproducir estímulos sonoros (tonos puros o palabras) de intensidades comprendidas entre los 10 dB y los 120 dB y frecuencias comprendidas entre los 128 y los 16.000 Hz, realizando un recorrido exhaustivo por todas las frecuencias e intensidades disponibles y recogiendo gráficamente los resultados en un audiograma.

La exploración se puede realizar por vía aérea, vía ósea y a campo libre, siempre en cámara insonorizada, al objeto de evitar sonidos ambientales ajenos y a la exploración.

El conjunto de todos los umbrales de audición del sujeto, en cada una de las frecuencias exploradas nos indica su curva auditiva o campo auditivo.

Audiometría vocal

La audiometría vocal tiene como finalidad determinar el nivel de captación y de discriminación del oído para el lenguaje. Consiste en conocer la capacidades del sujeto para entender la palabra a diferentes niveles de intensidad.

La prueba  se realiza con el audiómetro, reproduciendo una lista de palabras balanceadas que el sujeto deberá reconocer y repetir.

La prueba determinará el «umbral de inteligibilidad» (el sujeto oye y comprende) y sus resultados se reflejarán en una gráfica en cuya abscisa se indican los decibelios de intensidad y en la ordenada el porcentaje (%) de palabras reconocidas.

Pruebas de diagnóstico objetivas

Impedanciometría

Nos informa del estado de las estructuras del oído medio y de la movilidad del sistema tímpano-osicular.

Es la medición y posterior representación gráfica de la dificultad para la transmisión de la energía sonora (impedancia acústica) que presenta el oído medio.

Se trata de comprobar si la resistencia o dificultad que presenta el oído medio el normal o si la misma se encuentra incrementada o disminuida. Si se presenta esta disfunción, implicaría la existencia de una hipoacusia de transmisión, es por tanto una prueba que nos ayuda en el diagnóstico etiológico y topográfico de este tipo de hipoacusias.

Otoemisiones acústicas (OEA)

Son sonidos generados en el interior de una cóclea sana (oído interno), como respuesta a un estímulo sonoro. Pueden ser recogidos mediante un micrófono alojado en el conducto auditivo externo (CAE) del sujeto explorado. Su aparición implica el correcto funcionamiento de los mecanismos cocleares y la integridad funcional del oído medio, lo que supone en la práctica la determinación de una audición normal.

Potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC)

Miden la actividad electrofisiológica de la vía auditiva, como consecuencia de una estimulación acústica. Es la prueba más utilizada en la actualidad y se puede aplicar a edades muy tempranas. El sujeto es necesario que esté dormido o sedado.

La utilidad de la prueba como diagnóstico clínico es evidente, pero en el ámbito escolar su información es limitada ya que no aporta datos sobre los restos auditivos, ni sobre el perfil de la curva auditiva, lo que supone en la práctica, que dos alumnos con el mismo diagnóstico mediante PEACT, pueden presentar una capacidad de discriminación auditiva claramente diferenciada y unas expectativas en el proceso rehabilitador muy dispares.

Evaluación psicopedagógica

Es un proceso de recogida y análisis de información sobre aspectos que inciden favorable o desfavorablemente en la enseñanza y aprendizaje del alumno con el propósito de adoptar medidas educativas ajustadas a sus características y necesidades. Cuando se realiza la evaluación psicopedagógica del alumnado con discapacidad auditiva se debe recopilar información sobre los siguientes ámbitos:

  • Análisis de los informes previos.
  • Valoración general del desarrollo.
  • Datos sobre la historia escolar.
  • Pruebas de evaluación psicopedagógica.
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Lenguaje y sordera

Concepto y clasificación

La Organización Americana para Sordos en 19338 definió al individuo con deficiencia auditiva de la siguiente forma: «sordo es aquel sujeto cuya audición no es funcional para la vida ordinaria».

Existen varias clasificaciones según el criterio que se tenga en cuenta:

  • Según la localización de la lesión:
    • Sordera de transmisión: se relaciona con problemas de oído medio. Son la que producen el deterioro de la audición menos grave.
    • Sordera de percepción: se relaciona con problemas de oído interno y produce un mayor deterioro de la audición.
  • Según su etiología:
    • Sordera congénita: de 0 a 3 años.
    • Sordera adquirida: se relaciona con problemas de oído interno y produce un mayor deterioro de la audición.
  • Según el grado de pérdida de audición:
    • Audición normal o sensiblemente normal: umbral inferior a 20 dB.
    • Deficiencia auditiva ligera: umbral inferior entre 20 dB y 40 dB.
    • Deficiencia auditiva media: umbral inferior entre 40 dB y 70 dB.
    • Deficiencia auditiva severa: umbral inferior entre 70 dB y 90 dB.
    • Deficiencia auditiva profunda: umbral inferior igual a 90 dB.

El desarrollo del lenguaje oral y escrito

Las características diferenciales del alumnado con deficiencia auditiva van a depender básicamente de dos variables:

  • El grado de pérdida auditiva.
  • El momento de aparición de la deficiencia.

La aparición brusca de una deficiencia auditiva severa, va a tener importantes repercusiones en el habla y en el lenguaje. El deterioro lingüístico dependerá de la edad del niño y, por consiguiente de su grado de desarrollo lingüístico.

Como características generales de las sorderas postlocutivas, aparecen las siguientes:

  • La nasalidad se implanta rápidamente. Se altera la melodía de la voz y el ritmo se lentifica o se precipita.
  • En el habla aparecen alteraciones de las fricativas, confusiones entre sordas y sonoras y deformación de las vocales /e/ e /i/.

Con respecto a las alteraciones del lenguaje, es muy importante el momento de aparición o la edad que tiene el niño cuando se presenta la disminución auditiva.

Existen diversos niveles en función de la edad:

  • Sordera prenatal o anterior a los dos años: la adquisición lingüística que posee el niño será escasa y frágil, además desaparecerá rápidamente. al niño se le considera como deficiente auditivo de tipo congénito. Es el grupo más afectado en cuanto a capacidad de comunicación, y precisa de un tratamiento especializado.
  • De 2-3 a 5-6 años: se puede evitar si hay una identificación temprana y se utilizan los recursos especializados rápidamente. La lectura labiofacial y el aprendizaje precoz de la lectura ayudará mucho al desarrollo y conservación del lenguaje.
  • Años escolares (después de los 6 años): la función el lenguaje se encuentra ya plenamente fijada, tanto para el lenguaje interno como para otros fines. La lectura permite una compensación a la ausencia de las percepciones auditivas. Se puede producir un empobrecimiento del vocabulario. La lectura labiofacial va a permitir mantener comunicación oral.

El niño que padece una sordera grave de tipo congénito tiene falta de conciencia del mundo sonoro. Su voz, habla y lenguaje se hallan afectados, en mayor o menor grado, dependiendo de la intensidad de la pérdida.

La voz de bebés sordos y normooyentes no difiere demasiado. Lo más destacado es la ausencia de ritmos en la etapa de laleo. Sin embargo, el sonido laríngeo no se altera hasta aproximadamente los tres años. La ausencia de feedback auditivo conduce a que aparezcan deformaciones.

El niño con deficiencia auditiva, cuando ya emite fonemas, controla menos las vocales que las consonantes. Las vocales son emitidas a una intensidad mayor que las consonantes, y entre las consonantes, tiene mayores dificultades con las fricativas que con las oclusivas.

Con respecto al lenguaje, aún los desmutizados y sometidos a un tratamiento especializado, presentan un vocabulario pobre e impreciso y muy confuso. Perciben mal los matices. En las estructuras morfosintácticas persisten mucho tiempo incorrecciones de distintos tipos que no difieren mucho de las que surgen en los niños disfásicos. Se parecen a las de los extranjeros que utilizan las frases hechas,. Aprenden los elementos de la lenguaje pero tiene dificultades para manejarlos.

 

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Orientaciones metodológicas en las adaptaciones curriculares de niños con déficit auditivo

Mediante la aplicación de determinadas orientaciones metodológicas podemos mejorar significativamente el acceso a la información del alumnado con discapacidad auditiva en el ámbito escolar. Sirvan a modo de ejemplo las que a continuación se señalan:

  • Procurar siempre, tener una sonoridad e iluminación lo más adecuadas posibles, teniendo en cuenta que la luz natural le debe dar de espaldas y de cara a la persona que le habla.
  • Intentar reducir el ruido ambiental o aplicar dispositivos técnicos que lo reduzcan (emisores FM).
  • Buscar a posición idónea del alumnado con sordera respecto al profesor o profesora y compañeros o compañeras, hablándoles de frente con normalidad, lo más cerca posible, estando a su altura y sin darle la espalda mientras se está explicando.
  • Asegurarse del funcionamiento correcto de las prótesis auditivas.
  • Utilizar los textos de las diferentes asignaturas utilizando un lenguaje sencillo y, en su caso, sinónimos para hacerles más fácil su comprensión.
  • Introducir anticipadamente el vocabulario correspondiente a un tema y sus ideas básicas para facilitarles la comprensión y asimilación de los contenidos curriculares.
  • Proporcionales otras vías de comprensión además de la auditiva (labiolectura, gestos, pictogramas, esquemas, mapas conceptuales, palabras clave, etc.).
  • Asegurarse que comprende las consignas que se le dan, y que no actúa por imitación de su compañeros y compañeras.
  • Ofrecerle la información de forma lineal y ordenada procurando evitar incisos que desvíen la atención y le impidan captar el contenido esencial de la misma.
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Criterios para la elaboración de adaptaciones curriculares en alumnos con déficit auditivo

Los alumnos con déficit auditiva van a requerir una daptación curricular individual, que generalmente, será significativa. A continuación algunos tipos de adaptaciones que pueden ser válidas para este tipo de alumnado:

  • Adaptaciones en los elementos de acceso.
    • Elementos personas y organizativos:
      • Requieren atención específica e individualizada: PT, AL, Monitor EE, EOE.
      • Deben establecerse una coordinación entre los diferentes profesiones para que la respuesta educativa sea la más adecuada posible.
      • Es muy importante la coordinación con los servicios de salud.
    • Elementos materiales y espaciales.
    • Las distintas dependencias dispondrán de un pictograma que facilite al alumnado el contenido de las actividades que se realizan.
    • Se utilizará aquello objetos y juguetes que estimulen la percepción y las sensaciones.
    • Se utilizarán programa de intervención.
  • Adaptaciones en los elementos básicos del currículo:
    • Metodología:
      • Requieren ambientes educativos muy estructurados y predecibles. El ambiente debe ser simple. El educador debe mantener una actitud directiva.
      • Las consignas, instrucciones y señales deben darse sólo después de asegurar la atención del niño y ser claras.
      • Requieren pautas de aprendizaje basada en «aprendizaje sin error».
    • Objetivos y contenidos:
      • Introducir objetos y contenidos referidos al aprendizaje de sistemas alternativos o complementarios de comunicación.
      • Priorizar objetivos y contenidos referidos al desarrollo de la comunicación y de la interacción social.
      • Incluir objetos y contenidos que propicien el trabajo cooperativo y la interacción entre iguales para favorecer la comunicación y la socialización.
      • Excluir los contenidos y objetivos que sean escasamente relevantes para el proceso de aprendizaje.
    • Competencias básicas:
      • Deben desarrollar las diferentes competencias básicas. En la ACI se debe indicar cómo contribuye cada área a la consecución de competencias.
    • Evaluación:
      • La evaluación se realizará de forma continua y basada principalmente en la observación, aunque también se pueden utilizar determinadas escalas.
      • Se modificarán los instrumentos y criterios de evaluación en función de los objetivos que se hayan establecidos.
      • Implicación familiar: la familia debe estar implicada en el proceso general de escolarización y de aprendizaje del alumno. Debe colaborar en aspectos concretos de la ACI que se requieran.
      • Criterios de promoción: en relación a la promoción, al igual que la mayoría de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, el criterio preferente es la socialización. Estos alumnos pueden permanecer de manera extraordinaria un año más en cada una de las etapas de infantil, primaria y secundaria obligatoria.

Áreas curriculares

En el ámbito de la intervención curricular, será necesario en algunos casos realizar adaptaciones en las diferentes áreas y éstas vendrán determinadas por el dominio de la lengua oral y escrita y por las consecuencias propias de la sordera.

Área matemática

La principal dificultad en este área no radica en el aprendizaje de las operaciones matemáticas de cálculo cuyos procedimiento son asimilados y automatizados por los alumnos con cierta facilidad. Las dificultades aparecen cuando al alumnado se le plantea la resolución de problemas matemáticos que implican la comprensión de un texto y el razonamiento posterior.

Área de Lengua

En este área debemos distinguir entre los contenidos curriculares metalingüísticos (gramática) o culturales (literatura) y las habilidades lingüísticas (lectura comprensiva, expresión escrita, habilidades orales) donde las dificultades de los alumnos y las alumnas con sordera son importantes y permanentes.

Área de Conocimiento el Medio

Las dificultades que este alumnado encuentra en este área y en otras de un alto contenido verbal e informativo, suelen tener sus raíces en al complejidad de las estructuras verbales y escritas que se le presentan, cuya comprensión es limitada por su bajo nivel de vocabulario y su pobreza de estructuras gramaticales.

Área de Lengua Extranjera

Aquí debemos realizar de nuevo una diferenciación entre el alumnado con canal auditivo habilitado y no habilitado. Mientras los primeros pueden cursar la asignatura con adaptaciones no significativas, los que presentan sordera profunda presentan mucha dificultad en este área. Su bajo dominio de la lengua castellana, dificulta la asimilación de una lengua extranjera ya que sus estructuras pueden crear confusión y conflicto, al diferir l estructuración morfológica y sintáctica de ambas lenguas. En Bachillerato se puede autorizar la exención total o parcial de lengua extranjera previo informe del departamento de orientación y del servicio de Inspección educativa, así como informe médico correspondiente.

Área de Música

Las limitaciones en este área son evidentes y dependerán del nivel de audición residual que mantenga el alumnado. No obstante, incluso en el caso de sorderas profundas podemos aprovechar la sensibilidad del cuerpo a las frecuencias bajas para trabajar secuencias rítmicas que nos permitirán, a través de juegos corporales, el desarrollo de la entonación y la melodía.