La lectura es una actividad sumamente dinámica en la que intervienen una serie de procesos que permiten extraer el máximo de información en el menor tiempo posible. Su primera tarea es percibir e identificar los símbolos gráficos que se encuentran escritos. La cadena de símbolos debe ser reconocida como palabras. A continuación, debe comprender las relaciones entre las palabras, su orden y su estructura sintáctica subyacente. Por último, debe integrar el significado de la frase en un todo, atendiendo a los componentes semánticos. Es decir, tiene que obtener a máxima información de la oración o del texto completo leído.
Investigaciones recientes demuestran que para realizar todas estas funciones se deben producir varios procesos relativamente autónomos, en los que la memoria tiene un papel importante. Los procesos cognitivos implicados en la lectura son: el procesamiento léxico, el procesamiento sintáctico y el procesamiento semántico.
Procesamiento léxico
El procesamiento léxico hace referencia al conjunto de operaciones necesarias para llegar al conocimiento que posee el sujeto sobre las palabras, que estaría almacenado en un «léxico interno» o lexicón. El léxico interno se puede concebir como un diccionario mental en e que se encuentran cada una de las palabras conocidas con su significado, así como información sobre su categoría sintáctica y fonológica.
El proceso que sigue es como a continuación se describe. Así, una vez que la información impresa recogida por nuestros sentidos es analizada en la memoria a corto plazo y reconocida como una determinada unidad lingüística (codificaicón visual), se pone en funcionamiento el proceso para encontrar el concepto en el que se asocia esa unidad lingüística. Actualmente existe un acuerdo general en considerar dos vías alternativas para acceder al significado de las palabras: la vía léxica o de acceso directo y la vía fonológica o indirecta.
La vía léxica
La vía léxica, también llamada vía visual o directa, supone un reconocimiento inmediato de la palabra escrita. Cada palabra es codificada visualmente, activándose inmediatamente su representación mental almacenad en el léxico interno del lector. El lector de esta forma conecta directamente la forma ortográfica de las palabras con su significado.
Por la vía léxica sólo se leen las palabras conocidas visualmente, tanto regulares como irregulares, pero no sirve para las palabras desconocidas, ni las pseudopalabras (conjunto de letras que semejan palabras sin sentido), por no tener una representación léxica. La vía léxica requiere que el lector haya observado y memorizado la secuencia de grafemas que distinguen a cada palabra del resto. El aprendizaje global de la lectura, facilita el desarrollo de esta vía, ya que se centra en la creación de un vocabulario visual extenso que permite el reconocimiento inmediato de las palabras.
La lectura por esta vía supone varias operaciones:
- El análisis o codificación visual de la palabra, que depende de tres niveles: el nivel de rasgos, el nivel de letras y el nivel de palabras.
- La búsqueda e identificación de la palabra por comparación con las representaciones ortográficas almacenadas en el léxico interno.
- La unidad léxica activada, a su vez activará el correspondiente significado del sistema semántico.
Cuando una palabra aparece escrita, lo primero que se hace es identificar los rasgos que componen las letras. Existe un detector de rasgos llamado nodo para cada una de las líneas que configuran las letras. Igualmente existe un nodo para cada letra de nuestro alfabeto y un nodo para cada una de las palabras que conocemos. El procesamiento es paralelo, la identificación de los rasgos ocurre al mismo tiempo que la de las letras y las palabras y a la inversa. Al mismo tiempo que se han activado los nodos correspondientes a las letras, se activarán los correspondientes a las palabras.
Una vez que la palabra es analizada visualmente, ésta es identificada en comparación con otras similares. En el léxico visual se encuentran almacenadas una representación escrita de cada una de las palabras que reconocemos visualmente. Su reconocimiento se realiza a través de uno detectores de palabras, llamados logogen, que ante una determinada información visual se activan. Cuando esto ocurre no sólo lo hace el logogen correspondiente a este estímulo, sino todos aquellos que comparten alguna característica respecto a la información visual. El reconocimiento de palabras se produce en el momento que el logogen correspondiente a la palabra escrita, alcanza un umbra crítico de evidencias. Aunque existe una gran variedad en la tipografía y en el tamaño, sólo existe un logogen para cada palabra.
La vía fonológica
Por la vía fonológica, también llamada vía subléxica o indirecta, cada palabra es transformada en sonidos mediante el sistema de conversión grafema-fonema y es a través de los sonidos como se accede al significado de las palabras.
Cuando un niño se encuentra por primera vez con la palabra escrita «MESA», al no tener representación interna de la palabra, no puede reconocer inmediatamente, pero si lee la palabra según las reglas que relacionan cada letra con un fonema y la reconvierte en su moralidad oral /mesa/ (recodificación fonológica), entonces sí que podrá reconocerla y asignarle un significado. Por la vía fonológica se leen las palabras regulares y las pseudopalabras, pero no las palabras irregulares. El aprendizaje de la lectura por los métodos fonéticos facilita eld esarrollo de la vía fonológica.
La lectura por esta vía supone un proceso que se realiza por tres mecanismos:
- Análisis grafémico. Se encarga de separar los grafemas que componen las palabras. En castellano en la mayoría de las palabras coinciden los grafemas con las letras.
- Asignación de fonemas. Se encarga de asignar a cada grafema el fonema correspondiente de acuerdo con las reglas del idioma.
- Unión de fonemas. Se encarga de realizar las combinaciones de los distintos fonemas para pronunciar la palabra tal como la articulamos. Desde el almacén de pronunciación se activa la correspondiente representación auditiva y desde aquí se accede al significado de las palabras (sistema semántico).
La existencia de las dos vías no supone que una es mejor que la otra. Para ser un lector competente las dos vías deben ser operativas y deben adquirirse en los procesos de aprendizaje. Estas vías para acceder a la lectura no son mecanismos independientes, sino que están íntimamente conectados y dependen de la información que los lectores posean sobre las palabras.
Procesamiento sintáctico
El procesamiento sintáctico hace referencia a la habilidad para comprender cómo están relacionadas las palabras entre sí; es decir, al conocimiento sobre la gramática básica del lenguaje. Las palabras aisladas no transmiten ninguna información nueva, sino que es en la relación entre ellas donde se encuentra el mensaje. Una vez que las palabras han sido reconocidas, el lector tiene que determina cómo esas palabras están relacionadas entre sí. Para ello, dispone de varias estrategias que permiten segmentar las oraciones de acuerdo con el papel sintáctico de cada palabra. Después reconstruirá su estructura para extraer el significado. El proceso de análisis sintáctico comprende tres operaciones:
- Asignar la función que corresponde a cada palabra (sustantivo, verbo, adjetivo…).
- Especificar las relaciones existentes entre los componentes (sustantivo + calificativo…).
- Construcción de la estructura correspondiente (sustantivo-verbo-objeto).
Para realizar este proceso, el lector tiene en cuenta el orden de las palabras, la posición de las palabras funcionales, el significado de las palabras y los signos de puntuación. Así, en una oración en la que hay dos nombres, el primer nombre hace de sujeto y el segundo de objeto.
Procesamiento semántico
El procesamiento semántico hace referencia a la habilidad para llegar a la comprensión del significado de las palabras, de las frases y del texto. El procesamiento semántico consiste en extraer el significado del texto e integrarlo en los conocimientos que posee el lector. La comprensión del texto supone que el lector debe establecer relaciones coherentes entre las frases. El significado de un texto no depende de la suma de las partes, sino que para llegar a la comprensión total, el lector debe elaborar una macroestructura, que es la que refleja el sentido general del discurso.
Para la elaboración de la macroestructura se utilizan tres macrorreglas:
- Supresión. Omite aquellas proposiciones que no son necesarias para interpretar el resto.
- General. Algunas proposiciones las sustituye por una que recoge el sentido general.
- Construcción. Un grupo de proposiciones es sustituido por una proposición ausente que se induce como consecuencia de los hechos explícitos.
Con la extracción del significado del texto, no termina el proceso, ya que es necesario añadir los conocimientos que posee el lector. Todo esto nos conduce a construir un modelo mental o representación de la situación a la que se refiere el texto. Los conocimientos que tenemos acerca de las cosas se agrupan en paquetes denominados esquemas que vienen a ser los modelos internos de las diferentes situaciones que nos encontramos. Los esquemas posibilitan la interpretación del texto; así, cuando la estructura de un texto se ajusta a las expectativas que de él se tiene, se comprende mejor y posteriormente se recuerda con más facilidad.
El lector experto se caracteriza por ajustarse a las reglas y estructura de los textos, mientra que los menos competentes presentan una representación fragmentada y lineal denominada «tema más detalle».