La noticia produce en la familia un desajuste emocional que implica angustia y desorientación, al tener que enfrentarse con un problema para el que no están preparados y sobre el que se realizan multitud de preguntas.
Los padres necesitan de orientación y apoyo especializado que les permita asumir y superar el problema inicial, para enfocar el mismo desde una actitud de compromiso y trabajo colaborativo.
La orientación y el asesoramiento familiar deben dar respuesta a las necesidades básicas de los padres y sus objetivos serán:
- Eliminar las actitudes negativas de la familia, potenciando las posibilidades de desarrollo del hijo con discapacidad auditiva.
- Disminuir los niveles de angustia y estrés de los padres, ayudándoles a superar dichos sentimientos como primer paso para comenzar a trabajar con su hijo.
- Aportar información y formación para que la familia pueda involucrarse en el proceso educativo y habilitador.
- Aumentar la motivación e implicación para participar en las tareas de atención y ayuda a su hijo, llegando a la convicción de que son competentes para ello.
Los padres deben de ser conscientes cuanto antes, de que ellos son los agentes principales del desarrollo cognitivo-lingüístico de su hijo. Para afrontar la educación del niño con discapacidad auditiva, los padres han de asumir el reto de educar «aprendiendo» nuevas estrategias de comunicación y han de disponer de información suficiente acerca de cómo estimular el desarrollo y el aprendizaje del niño, manteniendo altas expectativas de logro.
Orientaciones para la familia
- Implicarse en la atención educativa y habilitadora de su hijo.
- Evitar la sobreprotección, exigiendo del niño u comportamiento adecuado.
- Superar sentimientos de culpa o de rechazo.
- Apoyar en casa la labor del centro educativo y mantener una buena coordinación con el profesorado.
- Estimular y potenciar sus capacidades reforzando y alabando sus logros.
- Favorecer situaciones comunicativas en el entorno familiar.
- Potenciar la integración social mediante la participación en actividades lúdicas y deportivas del entorno más cercano.
- Implicarles en la vida familiar y mantener unos niveles de exigencias en las tareas, acordes con sus capacidades y edad.
- Aportarles la mayor cantidad de información posible sobre el mundo que les rodea y las normas y valores que lo sustentan.
La modalidad comunicativa elegida es de gran importancia y requiere de un compromiso global de la familia. Las dificultades que se generan al no disponer de un código comunicativo eficaz que asegure la interacción lingüística, el desarrollo cognitivo y lingüístico, la socializiación y el aprendizaje escolar se evitan con la adopción lo más tempranamente posible de un código de comunicación.
Con independencia del código comunicativo elegido (oral, gestual o bilingüe) la familia debe ser un agente activo y competente en dicho código, implicando a un entorno lo más amplio posible, con objeto de generalizar las interacciones comunicativas.
La familia, con el asesoramiento y la colaboración de los profesionales que atienden a este alumnado, deberá de tener en consideración una serie de factores a la hora de optar por una modalidad comunicativa, que se pueden resumir en los siguientes puntos:
- El campo auditivo funcional de este alumnado y el aprovechamiento de sus restos.
- El rendimiento de sus prótesis auditivas.
- Existencia de otras patologías asociadas.
- Los recursos educativos y rehabilitadores disponibles.
BIBILIOGRAFÍA
Junta de Andalucía. «Manual de atención al alumnado con necesidades educativas específicas de apoyo educativo derivados de discapacidad auditiva».